lunes, 3 de marzo de 2014

Reseña Crítica: El Príncipe

Oscar Alejandro Sánchez Medina.

Nicolás Maquiavelo, pensador e historiador, nació en el año 1469 en Florencia, redactó su máxima obra El Príncipe en 1532; obra que inmortalizó al autor y que dedica a Lorenzo de Medici. La misma trata sobre las estrategias y cualidades que debe poner en práctica un príncipe para la conservación del poder.
Este libro aborda las distintas formas de obtener el poder, de cómo conservarlo y acrecentarlo, bajo una ética muy particular, contraria a la ética que nos inculcaron desde niños: sobre el respeto, la mesura, el equilibrio y que tiene como bien superior la felicidad. Maquiavelo considera correcto de una manera diametralmente opuesta: la violencia, la maldad, la ambición y el engaño. Propone una ética pragmática, fría, más que un ideal, un día a día, expresada en su máxima “El fin justifica los medios”; es decir, no importa cómo se logre mientras que se logre.
La idea de Maquiavelo que prevaleció es que un gobernante debe ser inflexible ante todo para preservar el bien del Estado, aunque sea a costa de una conducta moralmente indigna. Establece la necesidad de uso por parte de los gobernantes de la fuerza bruta como conveniente complemento para reafirmar el poder propio de quienes poseen la inteligencia para aplicar las leyes que aseguran el bien del Estado. Esa fuerza bruta será un buen complemento porque utilizada con inteligencia asegura el sometimiento de los demás hombres y por tanto del poder. 
Las teorías de El Príncipe siguen vigentes no sólo porque Maquiavelo fue muy acertado al juzgar los acontecimientos de su tiempo, sino porque lo que ha venido ocurriendo después a muchos países y gobernantes no escapa a los lineamientos establecidos por él, “[…] para evitar una guerra nunca se debe dejar que un desorden siga su curso” (p. 12), y la historia reciente nos demuestra que los desórdenes no controlados a tiempo siempre terminan en cosas terribles.
Como hombre muy propio de su tiempo, Maquiavelo poco se fija en lo moralmente correcto al momento de darnos sus consejos, para él el hecho de que un gobernante fuera brutal poco importaba. Dividió a los príncipes en dos grupos solamente: los que conseguían sus propósitos, que a la vez eran zorro y león, y que podían carecer de virtudes pero aparentar muy bien tenerlas; “obligado el príncipe a saber emplear los procedimientos de los animales, debe preferir los que son propios del león y del zorro porque el primero que no sabe defenderse de las trampas, y el segundo no puede defenderse de los lobos. Se necesita, pues ser zorro para conocer las trampas, y león para asustar a los lobos” (p. 42); y los que simplemente no conseguían sus propósitos, a los que criticó duramente.
En tal caso El Príncipe no es un manual para hacer el bien, sino para hacer cosas grandes aunque estén cimentadas en la crueldad.
El autor sin duda pensó sólo en crear un libro para orientar a los gobernantes en su forma de proceder, pero El Príncipe es hoy para muchos un manual de vida y en el mejor de los casos para personas que estén en el poder, es una guía del éxito.  Este libro sigue vigente tomando en cuenta que cambia el mundo, pero el hombre en cuanto a sus ambiciones, siempre es el mismo, El Príncipe seguirá siendo un manual nada desdeñable hasta que el hombre deje de existir, si es que eso ocurre algún día.
Maquiavelo considera que el hombre es perverso por naturaleza y que se mueve entorno a intereses individuales en búsqueda de su propio bienestar. Su ambición lo lleva a cometer acciones de distinta índole, las cuales pueden acarrear consecuencias tanto favorables como desfavorables. Por lo tanto asegura que el hombre es egoísta, que solo piensa en el mismo. Ante esta concepción, Maquiavelo dice que es necesaria una fuerza dominante que sea capaz de imponerse sobre el resto. Esta idea es la base del concepto de necesidad. Debe haber un poder que sea capaz de mantener unido al estado, un cuerpo político que imponga su voluntad sobre el resto.
En mi opinión este libro es muy recomendable de leer porque el autor nos da entender  cómo funciona el mecanismo político y cómo los gobernantes pueden sacar provecho de él. Quienes les interese leer este libro les servirá para educarse en la verdad, para agudizar su capacidad de juzgar sobre lo político, su capacidad de acción y la responsabilidad de preservar la libertad política.

Bibliografía.
Maquiavelo, Nicolás El príncipe Editorial: Quinto Sol 1985.

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