Jaen Galicia Sosa.
El comportamiento humano es el conjunto de comportamientos
exhibidos por el ser humano el cual está
influenciado por su entorno social: normas, creencias, valores de cada cultura
y por su capital genético. Es importante conocer y analizar el comportamiento
humano, así como las diferencias que hay entre cada cultura de esta manera se
tiene una mayor facilidad de entender actividades y fenómenos sociales, tales como la pobreza, la violencia,
el racismo, o la mala o buena alimentación en una población.
El comportamiento
humano viene influenciado por diversos factores, uno de ellos y que es
inmediato es la socialización, la familia es el grupo fundamental de una
sociedad y en el que los humanos recién nacidos tienen sus primeras actividades
de socialización. En donde aprenderá de los otros miembros de la familia, sus
experiencias y el conocimiento que ellos han ido adquiriendo así como los
hábitos alimenticios y sus gustos respecto a los alimentos de su región. “La
manera en que los padres socializan a sus hijos refleja sus propias
experiencias”, explican Peter L. Berger y Thomas
Luckmann[i]
Otro factor que va a
definir el comportamiento humano es el entorno de desarrollo, las costumbres,
valores y creencias características de la región en donde se ha nacido y se irá
creciendo; ese “diseño estipulado para vivir” impactará en la visión del
individuo respecto a lo que es importante en la vida y lo que no lo es; lo que es bueno y lo que es malo o
bien lo que debe comerse y lo que no.
Las normas y sanciones que representan cada cultura son las que darán las
pautas específicas para el comportamiento de los individuos: “los miembros de una sociedad comparten determinadas ideas
básicas en torno a cómo funciona el mundo”[ii]
Desde este enfoque
podemos decir que el comportamiento humano individual es producto del entorno
social y la educación; ¿qué tan importante es la socialización para adquirir un
comportamiento determinado, ya sea
calificado como bueno o malo? Yo diría que bastante. Los conductistas y deterministas
ambientales consideran que “casi todo el comportamiento humano es producto del
aprendizaje”[iii], el
cual se obtiene de la interrelación entre los individuos, también consideran
que “lo que las personas llegan a ser es condicionado por los eventos de su
ambiente”.[iv]
Este condicionamiento
lo quisiera ejemplificar con los hábitos alimenticios en diferentes regiones; haber
nacido en México me ha condicionado a una cultura occidental y por tanto a una
dieta a base de carne, cereales,
frutas y verduras, en donde el sacrificio de otros seres vivos no implica mayor
problema a que si hubiese nacido en la
India, donde mi alimentación sería vegetariana en su mayoría y el sacrificio de
animales tomaría otro sentido.
Los conductistas
también creen que: “la socialización es el elemento principal del
comportamiento” y que “los detalles del desarrollo son proporcionados por la socialización”[v].
Esta visión se contrapone al determinismo biológico que considera que “la
mayoría del comportamiento individual y social se predetermina genéticamente”
en otras palabras que “el comportamiento es producto de la herencia o
naturaleza”[vi].
Por otra parte, de
acuerdo con el pensamiento conductista tenemos que “a partir del equipo
genético del ser humano, éste [...] nace
con los instintos subdesarrollados”[vii],
lo cual lo vuelve completamente dependiente del cuidado y de la enseñanza de
los padres. Ese material genético más complejo lleva a que su desarrollo sea
más largo que el de cualquier otro animal y que el proceso de su desarrollo
tenga que ser influenciado por el ambiente en el que estará rodeado una vez que
haya nacido. “El hombre a diferencia de los demás mamíferos superiores no posee
ambiente especifico de su especie”[viii].
En este sentido “todos los animales no humanos, como especie y como individuos
viven en mundos cerrados cuyas estructuras están predeterminadas por el capital
biológico de las diversas especies animales”[ix]
Un ejemplo de lo
anterior son las jirafas, elefantes u bien otros mamíferos que al nacer, casi de
inmediato empiezan a caminar y a buscar su propia comida, lo cual ocurre porque
su material genético antes de nacer ya se ha desarrollado para que puedan
cumplir estas tareas. Un recién nacido humano es claro que necesita de quién le
enseñe a caminar y le proporcione alimento durante los primeros años de vida.
Posteriormente la comida y alimentos que consuma en su etapa de desarrollo
serán condicionados por sus padres, con poca opción a elegir o generar criterio; por ejemplo, respecto a comer o no
comer carne. “De manera que para
nosotros los humanos comer nunca es una actividad ‘puramente biológica’ […] los
alimentos que se comen tienen historias asociadas con el pasado de quienes los
comen […] las técnicas empleadas para encontrar, procesar, preparar, servir y
consumir esos alimentos varían culturalmente”[x]
De esta manera, según Peter
Berger y Tomas Luckman, “el ser humano en proceso de desarrollo se
interrelaciona, no sólo con un ambiente natural determinado, sino también con
un orden cultural y social especifico”.[xi]
Este orden cultural y
social especifico del que nos habla Peter Berger y Tomas Luckman es particular
del capital genético del humano, el pensador y filósofo Aristóteles decía que “el hombre por
naturaleza es un animal político”[xii]
aquí podemos cambiar la palabra político
por social, con esto quiero decir que el orden social lo construye el hombre; un
orden que va estar preestablecido para las siguientes generaciones, va a ser un
orden que irá cambiando o modificándose pero que está ahí. “El por qué sea el hombre un animal político, más aún
que las abejas y todo otro animal gregario, es evidente. La naturaleza - según
hemos dicho - no hace nada en vano; ahora bien, el hombre es entre los animales
el único que tiene palabra”.[xiii]
Desde este enfoque, insisto, los hábitos alimenticios en
las diferentes culturas vienen con una historia en el que un orden social va a dotar
de significados la pura actividad de alimentarse y qué hará que se mantengan a
través del tiempo hábitos y platillos típicos del lugar en el que uno se
encuentre: “[…] en el significado de las comida se integra lo qué es, cómo se
llega a obtenerla, cómo se la prepara, si es abundante o escasa, en qué
circunstancias está presente y muchos otros elementos […]”.[xiv]
¿Qué es lo que hace
que este orden social sea característico
del hombre?, pues esto se da a partir de la comunicación y el lenguaje que desarrolló
el hombre a través del tiempo y que ahora es parte esencial para transmitir los
conocimientos en cada generación.
“Así como es imposible
que el hombre se desarrolle como tal en el aislamiento, también es imposible
que el hombre aislado produzca un ambiente humano”[xv];
esto confirma la teoría de los conductista. Como ejemplo están los casos de los
niños ferales o niños salvajes, quienes por diferentes circunstancias han sido
aislados de la sociedad por un largo tiempo, así los han privado del desarrollo
de las capacidades motoras e intelectuales;
los circuitos para hablar oír y moverse se atrofian ya que no existe la
experiencia, la cual es la clave para
el desarrollo del cerebro.
Algo
similar ocurre con los bebés dentro de la familia; sin embargo, ellos
modificarán esas deficiencias físicas y emocionales de los primeros años
gracias a la relación con sus padres y con otras personas: “los circuitos
básicos para ver, oír, hablar y coordinar los músculos están en su lugar, pero
las conexiones están sueltas y los sentidos de los recién nacidos son torpes.
La experiencia sensorial activa descargas eléctricas que fortalecen las
conexiones entre las neuronas. Las conexiones crecen
[i] La Berger, Peter
L.; Luckmann, Thomas (1986). La
construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu, capítulo 3 y 4
[ii] Op. cit.,
[iii] Ibidem,
[iv] Ibidem,
[v] Ibidem,
[v] Ibidem,
[v] Ibidem,
[v] Ibidem,
[vi] Ibidem,
[vii] Ibidem,
[viii] Richard J Gelles y
Ann Levine, Sociología, MCGRAW-HILL / INTERAMERICANA DE MEXICO
[ix] Ibidem,
[x] Sidney W. Mitz,
Sabor a comida, sabor a libertad, INST.
NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA,
2008
[xi] La
construcción social de la realidad,
[xii] Política,
[xiii] Ibidem,
[xiv] Sidney W. Mitz,
Sabor a comida, sabor a libertad, INST.
NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA,
2008
[xv] Richard
J Gelles y Ann Levine, Sociología, MCGRAW-HILL / INTERAMERICANA DE MEXICO
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